A las olvidadas es un proyecto de la asociación feminista ‘Teta &  Teta’, que nace en España en el 2019, como una iniciativa para recoger libros dedicados por la gente y llevarlos a las reclusas de las prisiones. Desde entonces, se han entregado más de 6.000 libros y la iniciativa se ha extendido a México, Francia y Colombia.

Desde el Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET), queremos unirnos a esta iniciativa para dar visibilidad a las mujeres reclusas de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), y promover la mejora de sus condiciones dentro de la prisión.

COMO PARTICIPAR

¿Qué libro le llevarías a una mujer que está en la cárcel?

1. Pensalo. Puedes llevar uno o varios libros, pero la experiencia será más interesante si los que eliges te han emocionado, interesado, hecho reír, llorar, te han enseñado algo, etc. Además, hay gente muy heterogénea: que habla diferentes idiomas, con diferentes edades y sentires, o que viene de contextos diversos. Tenlo en cuenta también.

2. Escogé bien. Los libros pueden ser nuevos o de segunda mano, pero recuerda que deben estar en buen estado. Ya que ¡Es un regalo!

3. Escribí una dedicatoria para esa persona a la que te gustaría que recibiera tu libro. Debe ir en las primeras páginas y es muy importante que puedas mandar palabras de apoyo, escribir un poemita que te emocione, o compartir algo con la otra persona. Evita una dedicatoria breve tipo “Espero que te guste” o “espero sea de tu agrado” por ejemplo. Podés incluir o no tu nombre y el por qué has escogido ese libro y no otro, si así lo deseas. Recuerda que no llevaremos libros sin dedicar.

4. Se recibirán libros a partir del 11 de abril, de martes a sábado (de 10:00am a 8:00pm), en las instalaciones del Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET), Primera calle de Palmira, Nº 655, contiguo al Redondel de Los Artesanos, Tegucigalpa. Además, estaremos recogiéndolos en la Feria del Libro en el redondel a realizarse el 22 y 23 de abril.

Algunos datos que quizás no conocías:

En Honduras, según la última edición (la quinta) de la World Female Imprisonment List llevada a cabo en agosto de 2022, hay 1.193 mujeres en prisión, lo que supone un 5,5% de la población reclusa. En ‘Ser mujer y madre en prisión: Diagnóstico de la situación actual a partir de una perspectiva de género’, Díaz (2015) señala que las bajas cifras de mujeres privadas de libertad suponen la invisibilización de la mujer dentro de la prisión y la falta de la mirada de género en dicha institución y en el estudio de la mujer que comete delitos. La falta de dicha perspectiva en la política penitenciaria vulnera los derechos de la mujer, al reproducir la exclusión, la violencia y la desigualdad de género.

Según la Ley del Sistema Penitenciario en su artículo 30, «todos los establecimientos, así como los pabellones y secciones para mujeres en establecimientos mixtos serán dirigidos y estarán exclusivamente a cargo de personal femenino, sin perjuicio de que los servicios religiosos, médicos, educativos y de seguridad exterior sean desempeñados por hombres». Sin embargo, esto no se cumple, según reportó Glenda Ayala, directora del Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura (Conaprev) en una visita a la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (Pnfas). (Maradiaga 2022b).